5 jun 2010

Kevin Johansen + The nada, junto a Liniers

Nuevamente en la ciudad, el músico tocará
“Vivo en Buenos Aires”, desde las 21 hs en el Teatro La Comedia (Mitre y cortada Ricardone). El álbum es el registro de un concierto grabado en agosto de 2009 en el teatro El Nacional. Allí participan Kiko Veneno, Fernando Cabrera, Paulinho Moska e Ilenana Cabra de Calle 13. En el dvd se puede ver a Liniers, que pinta una tela al fondo del escenario mientras la banda suena. Esta noche el dibujante, también será de la partida.

Desde que empezó a tocar en Rosario, Kevin Johansen construyó un fuerte lazo con el público local que se ha ido incrementando en número y afectividad. “Estamos sinceramente chochos de volver para allá porque nos tratan muy bien, además, y sin chuparles las medias, tienen una cultura de la canción muy fuerte ustedes. Me acuerdo las primeras veces que íbamos... me quedaba azorado y preguntándome si les gustaba, porque la gente era muy respetuosa durante las canciones. Afortunadamente después aplaudían a rabiar. Se nota que tienen como un training con las letras, los arreglos”, dijo el músico.

¿Cuándo empezaste a venir a la ciudad?

Calculo que durante 2003 con “Sur o no sur”. Ya desde la primera vez recuerdo ese silencio casi sepulcral durante las canciones que me dejaba un poco asustado. Yo estoy acostumbrado a los gritos, a un poco mas de bardo. En España, en donde nos ha ido muy bien también, son bastante gritones, amablemente irrespetuosos. El público de Montevideo es parecido al de Rosario, porque están muy entrenados en la canción, están como con el dedito en la cara (pensando) mientras prestan atención.

¿El rodearse con los artistas que participan del disco tiene que ver con una coincidencia ideologica, estética a la hora de hacer música?

Si, totalmente, fue muy lindo coincidir con esta gente a través de los años. Con Kiko Veneno (cantautor Español), que yo lo veo muy parecido a Fernando Cabrera (Uruguay) inclusive con Paulinho Moska (Brasil). Son cancionistas que no suenan en un top 20 en la radio pero la gente canta sus canciones borracha por las calles, o en las fiestas. Son profundamente populares. Me acuerdo que coincidimos en un festival en las Islas Canarias con Kiko Veneno y me vi atraído por su música. Viste esos festivales en que no te das cuenta pero te vas acercando al escenario como público, por algún motivo estás a cincuenta metros y después estás a diez, como que la música te llamó, tipo Hamelin. Me pasó eso con Kiko Veneno, lo fui a saludar y él conocía mis canciones. Lo mismo con Paulinho Moska que me lo presentó Drexler (Jorge) y me quería llevar a Brasil porque le gustaba mucho “City Zen” (disco de 2005), y por fortuna se dio así.

Uno no imagina esa autonomía que tiene la canción, dónde puede terminar…

Uno no tiene ni idea dónde va a ir a parar, si a una película, a una serie... y bueno eso es lo lindo, el desafío, decir: "acepto que esta canción haya hecho esta roncha, por algo será que me la piden para esto o aquello", y despojarse un poco, no hacerse tanto cargo después. Aunque también es lindo cuando uno rescata la canción y la reconoce. Pero a veces cuando está muy en boga te da hasta un poco de vergüencita o de pudor. Pero me fui curando de eso, apreciar la canción por sí misma, y entender que si está en un lugar es por algo, tendrá su propia energía, aunque respeto a los músicos que dicen (imposta la voz): "bueno ya está, no toco mas muchacha ojos de papel, no me rompan" (risas), pero te puede pasar, todavía no me llegó de un modo tan recalcitrante.

Son varios músicos en escena, ¿trabajan mucho los arreglos?

La verdad es que soy un poquito anti ensayo, una vez que está claro cómo va la cosa me gusta que se desdibuje un poco, que se vaya un poco todo al joraca, no atarte tanto a algunos arreglos. Pero me gusta que cada músico pueda componer dentro de la canción. Por suerte es algo que disfrutamos y machacamos, a veces en las pruebas de sonido, que se terminan convirtiendo en un ensayo.

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